May Lee Cosas

Vencer la procrastinación

LA PROCRASTINACIÓN

Lo explica muy bien Tim Urban en su Ted Talk «Inside the mind of a master procrastinator»: el problema de la infelicidad de mucha gente no se debe al acto de procrastinar en sí mismo, sino a no tener fechas de entrega que limiten lo que procrastinas. Parafraseando lo que cuenta en este video, cuando estás en el instituto, en la universidad o trabajas para terceros, la procrastinación no es un problema a largo plazo porque, aunque lo dejes para el último momento, acabas haciendo La Cosa. Sin embargo, cuando se trata de cosas que no tienen fecha límite, como empezar un proyecto personal de cualquier tipo, ya sea un blog, una novela, una empresa o un santuario para unicornios, lo que nos impulsa a hacer La Cosa, cuando esta tiene fecha de entrega, nunca llega. Así que podemos pasarnos la vida sintiéndonos culpables y acompañados de ese vacío existencial con el que los procrastinadores crónicos aprendemos a convivir.

Título: La guerra del arte / The War of Art

Autor: Steven Pressfield

Año de publicación: 2013

SINOPSIS

En este potente y sincero análisis de los obstáculos internos del camino hacia el éxito, Steven Pressfield, autor de bestsellers, muestra a los lectores cómo identificar, vencer y liberar los bloqueos creativos interiores. La guerra del arte es una obra estimulante, divertida y honesta que provocará y motivará a todos los visionarios, artistas o empresarios potenciales.

HÁBLAME, MUSA

Este librito tan cuco (que se ganó un espacio entre mis libros favoritos de 2019), es una guía de cómo vencer ese vacío existencial del que os hablaba. Está escrito de una forma muy especial, fingiendo, por así decirlo, ser una obra religiosa (más digno de la mitología griega que del cristianismo, eso sí).

Sin molestarse en dar rodeos innecesarios, La guerra del arte, se compone de minicapítulos que ocupan una página o dos, (lo cual hace que sea muy rápido y fácil de leer) y, a su vez, se divide en tres partes muy diferenciadas.

DEFINIENDO AL ENEMIGO

La primera parte define al enemigo: La Resistencia (cruzo los dedos porque sea esa la traducción que le han puesto en castellano porque yo lo leí en inglés).

Steven Pressfield va un paso más allá y no culpa a la procrastinación de todos nuestros males, sino que sitúa la procrastinación como uno de los síntomas de La Resistencia. Para ubicarnos, empieza con la lista de actividades que se ven más comúnmente afectadas por ella. Esta  lista incluye, pero no se limita a:

  • La búsqueda de cualquier vocación de escritura, pintura, música, cine, danza o cualquier arte creativo.
  • El lanzamiento de cualquier empresa con fines de lucro o de otro tipo.
  • Cualquier dieta o régimen de salud.
  • Cualquier actividad cuyo objetivo sean mejores abdominales.
  • Cualquier curso o programa diseñado para superar un hábito o adicción perjudicial.
  • Educación de todo tipo.
  • Cualquier acto de coraje político, moral o ético, incluida la decisión de cambiar para mejor algún patrón indigno de pensamiento o conducta en nosotros mismos.

Es complicado no entrar en uno o varios de los grupos proclives a verse afectados por La Resistencia. Por ese motivo La guerra del arte puede ser una útil lectura para casi cualquiera. Digo «casi» porque entiendo que existe el tipo de persona que lo lleva todo al día y finaliza todos sus proyectos sin dubitar. Esa gente no lo necesita, que se ahorren leerlo. Y, por cierto, si sois de esos, felicidades, imagino que tendréis en casa una plaquita conmemorativa por haber ganado en la vida.

CONVERTIRSE EN PROFESIONAL Y VENCER LA RESISTENCIA

La segunda parte del libro trata de cómo vencer a esa persistente Resistencia. Empieza explicando cuál es la diferencia entre ser un profesional y ser un aficionado. Después nos cuenta porqué es importante adoptar la mente de «profesional» y después nos enseña a serlo.

La tercera parte es en la que, en mi caso, tuve que leer en modo «traducción terrenal simultánea» porque al autor le gusta bastante ponerse místico. Ya en el prólogo, Robert McKee nos avisa de que esto va a pasar y nos cuenta que lo que a Steven le gusta llamar «musa» puede ser perfectamente traducido como «subconsciente», así que esa misticidad no le quita ningún valor ni utilidad al texto si, como en mi caso, necesitáis ponerle un pequeño filtro de racionalidad por encima.

ESTE LIBRO NO ES UN CONJURO MÁGICO

Por muy épica que sea la forma de narración de Pressfield, no por leer este libro vais a olvidar quién es la perversa procrastinación, ni os vais a convertir de repente en seres mágicos que consiguen hacer Su Cosa sin fallar jamás. Pero es un libro muy útil si ese ese es vuestro objetivo.

Veo La guerra del arte como el equivalente a un libro para dejar de fumar. Yo dejé de fumar gracias a un libro. Llevo casi 8 años sin fumar y creo fielmente en ese libro que me ayudó a dejarlo. Pero también conozco mucha gente que ha leído el mismo libro y sigue fumando. El caso es que resulta que para dejar de fumar, aparte de leer un libro concreto u otro, primero hay que querer dejar de fumar. Si no quieres dejar de fumar, da igual cuántas cosas intentes, no vas a conseguirlo.

Con la procrastinación pasa lo mismo. Da igual cuánto contenido consumas sobre cómo vencerla, da igual cuántos métodos, trucos y consejos devores sobre productividad: si no estás realmente dispuesto a trabajar y a poner tu esfuerzo en La Cosa que quieres llevar a cabo, no lo vas a hacer. (De hecho, dato curioso: consumir material sobre cómo dejar de procrastinar es una forma de procrastinación bastante habitual.)

Así que La guerra del arte es genial y muy útil, aunque no mágico. Puede ayudarte a cambiar tu actitud, puede ayudarte a reorganizar tus prioridades, puede ayudarte a enfrentarte a tus mierdecitas y puede darte el empujón que necesitas, aunque no es una solución a largo plazo.

SOLUCIONES A LARGO PLAZO

Gracias a que llevo años consumiendo el contenido del fantástico James Clear, a día de hoy tengo por fin interiorizado que esas pociones mágicas no existen y que, a pesar de que se puedan conseguir subidones puntuales (y estos no tengan nada de malo), la clave para llevar a cabo La Cosa (y no solo La Cosa sino, en general, para vivir la vida que quieres vivir y olvidarte del mencionado vacío existencial que nos acompaña a los procrastinadores crónicos allá donde vamos,) son los hábitos. Si os interesan todos estos temas sobre productividad (y podéis leer en inglés) os recomiendo muchísimo la lista de correo 3-2-1 de James Clear, así como su libro Hábitos atómicos.

Título: Hábitos atómicos / Atomic Habits

Autor: James Clear

Año de publicación: 2018

SINOPSIS

¿Por qué es tan fácil caer en los malos hábitos y tan complicado seguir los buenos? James Clear nos brinda fantásticas ideas basadas en investigaciones científicas, que le permiten revelarnos cómo podemos transformar pequeños hábitos cotidianos para cambiar nuestra vida y mejorarla. Esta guía pone al descubierto las fuerzas ocultas que moldean nuestro comportamiento —desde nuestra mentalidad, pasando por el ambiente y hasta la genética— y nos demuestra cómo aplicar cada cambio a nuestra vida y a nuestro trabajo. Después de leer este libro, tendrás un método sencillo para desarrollar un sistema eficaz que te conducirá al éxito.

LOS HÁBITOS SON LA CLAVE

Igual que con La guerra del arte, si sufrís de procrasticinitis, debéis leer Hábitos atómicos. O, como mínimo, pasar un par de horas navegando por la página de James Clear.

Cuando leí este libro hace un par de meses me di cuenta de que ya conocía casi el libro entero sin haberlo leído, como resultado de haber estado tanto tiempo consumiendo el contenido de su autor. Así que leer sus ideas, siempre tan bien expresadas, condensadas en formato libro, fue para mí un resumen magnífico de todo lo bueno que este autor aporta al mundo. Pero, igual que con el libro anterior, no creo que sea una fórmula mágica que basta con ingerir una única vez para ser curado. La diferencia es que, mientras La guerra del arte se centra en el empujoncito inicial, Hábitos atómicos nos da la receta para que ese empujoncito se convierta en una constante.

Aunque todo dependerá de vuestro nivel de procrasticinitis, en general es complicado cambiar toda tu forma de hacer y pensar de un día para otro. Aún así, es un proceso que es necesario experimentar si, como decía, queréis convertir vuestra vida en lo que queréis que esta sea y queréis convertiros en quienes queréis ser. Para ello, y tanto si Hábitos atómicos es vuestro primer contacto con el gran universo de la búsqueda de productividad o no, este es un libro genial.  Tal vez no es mágico (porque nada lo es), pero sí genial.

Con un enfoque bastante opuesto al de La guerra del arte, Hábitos atómicos va diseccionando las formas y técnicas que necesitamos para diseñar la vida que queremos vivir, basando sus ideas en el hecho de que todos los cambios de conducta deben partir de un cambio de identidad.

Aunque su predecesor El poder de los hábitos, es un libro en contra del cual no tengo nada, me parece que James Clear le da a Hábitos atómicos una forma mucho más práctica, ya que hace entender los porqués, enseña a combatir con los cómos y pone muchos ejemplos que ayudan a visualizar toda la teoría de forma tangible.

Para terminar, os dejo una de mis frases favoritas de Hábitos atómicos, que lleva pegada en una nota adhesiva junto a mi ordenador más de un año y no me canso de leer:

Every action you take is a vote for the type of person you wish to become. No single instance will transform your beliefs, but as the votes build up, so does the evidence of your new identity.

Y mi libre traducción:

Cada una de tus acciones es un voto para el tipo de persona en el que quieres convertirte. Ningún momento concreto va a transformar tus creencias pero, a medida que aumenten los votos, también lo hará la evidencia de tu nueva identidad.

··· Esta es una reseña de los libros leídos en inglés ···

Si te ha gustado, suscríbete a mi lista de correo para recibir un email mensual con un resumen de las últimas publicaciones. 💌

banner instagram mayleecosas-01.jpg

Siguiente Entrada

Anterior Entrada

Dejar una respuesta

© 2024 May Lee Cosas

Tema de Anders Norén