Título: La casa en Mango Street / The House on Mango Street
Autora: Sandra Cisneros
Año de publicación: 1984
SINOPSIS
Elogiado por la crítica, admirado por lectores de todas las edades, en escuelas y universidades de todo el país y traducido a una multitud de idiomas, La casa en Mango Street es la extraordinaria historia de Esperanza Cordero. Contado a través de una serie de viñetas —a veces desgarradoras, a veces profundamente alegres— es el relato de una niña latina que crece en un barrio de Chicago, inventando por sí misma en qué y en quién se convertirá.
RESEÑA de La casa en Mango Street
Con esta novela, que se situó en el podio de mis libros favoritos de 2020, me quedo un paso más cerca de mi propósito de reseñar mis libros favoritos de los últimos años.
La casa en Mango Street es una novela que se centra en el desarrollo de su protagonista, siendo así un ejemplo muy evidente de Bildungsroman. Esto lo hace a través de la experiencia chicana de Esperanza, que es la narradora, además de la protagonista.
Este personaje principal tiene mucho en común con la autora de la novela. Igual que Esperanza, Cisneros también nació en Chicago y creció como estadounidense con raíces mexicanas.
Esta experiencia bicultural está reflejada en La casa de Mango Street a través de temas como el problema y/o la importancia del lenguaje, la comida, las fiestas y otros detalles de este choque y mezcla culturales con los que Cisneros lleva al lector una imagen de esta situación social, además de una historia entretenida.
Esta es una casa de la calle en la que se crio Sandra Cisneros y su inspiración para la casa en cuestión en La casa en Mango Street.
LA TRAMA y su forma
La historia narra la vida de Esperanza a través de la propia Esperanza, que narra su historia en capítulos breves. Con ideas sueltas, relatos sobre ella misma y sus vecinos, va creando una imagen viva, realista y desgarradora de la experiencia de esta niña mexicana de 12 años.
Esperanza vive en un barrio hispano y cuenta historias que transcurren allí y que ve sufrir a la gente de su alrededor, creando así una ventana de la experiencia hispana en Estados Unidos en los años ochenta desde la perspectiva de una niña que tiene que aprender a sobrevivir en un entorno muy hostil.
La casa en Mango Street es una novela importante dentro de la literatura chicana porque habla de este híbrido cultural: la herencia mexicana con la inevitable influencia americana en todos los aspectos de la vida: la cultura, el idioma o incluso las ideas y la interpretación del entorno.
Esta novela no tiene una trama al uso. No tiene principio, nudo, ni desenlace. El libro sí lo tiene porque en algún sitio tiene que empezar y en algún sitio tiene que terminar, pero la historia no.
Los capítulos, normalmente denominados «viñetas«, que nunca sobrepasan las tres páginas de largo, van contando a través de las palabras de Esperanza cómo pasan los años en su barrio y cómo diversas experiencias traumáticas, pero por desgracia normales en su entorno, le hacen madurar a duras penas y mucho más rápido de lo que debería.
Estas viñetas no están necesariamente unidas entre sí y no aportan más contexto que el de la historia en concreto que Esperanza ha decidido narrar en un momento puntual. Pero solo con este recurso, Sandra Cisneros hace posible que visitemos Mango Street y nos hagamos una idea de lo dura de la vida de Esperanza y sus vecinos.
Con eso y todo, no es un libro dramático que busque el llanto fácil. Gracias al tono infantil de la protagonista resulta muy fácil de digerir. Al mismo tiempo, que lo cuente una niña lo hace todo mucho más aterrador, pero hace que sea una lectura fácil en cualquier caso.
Con virutas de español en el texto original en inglés, a lo largo de la novela vamos viendo la evolución de Esperanza, no solo a través de lo que cuenta, sino en su forma. El texto, que empieza siendo muy simple y formado por frases cortas, casi telegráfico, va evolucionando junto a su narradora a lo largo de su vida y en base a las decisiones que Esperanza va tomando. Es un libro muy sencillo, pero nada simple.
EN CONLUSIÓN
Igual que dije con Ácido sulfúrico, si La casa en Mango Street se ganó un espacio entre mis favoritos y estoy aquí hablando de él cuarenta años después (aprox.) es porque me gustó mucho.
Sandra Cisneros expresa mucho con muy poco en esta novela. E igual que pasa con Ácido sulfúrico, se lee tan rápido que nada se pierde por darle una oportunidad.
··· Esta es una reseña del libro leído en inglés ···
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