Tras repasar los amados y odiados de 2020, en la serie de clásicas publicaciones de final/principio de año, ya solo me queda hablar de cómics.
Hasta este último año nunca había leído suficientes cómics como para justificar una entrada específica sobre ello aquí, en parte por una cuestión de cantidad pero, sobre todo, porque como consecuencia de la poca cantidad, tampoco es que supiera yo mucho de cómics.
Sigo sin saber mucho de cómics pero, cuando en marzo de 2020 me apeteció empezar a consumirlos más a menudo, sabía incluso menos y no tenía ni por dónde demonios empezar: no sabía qué elegir, cómo buscar, hacia dónde ir, si fiarme de las reseñas de Amazon, de las de Goodreads o de las recomendaciones de la gente maja a la que pedí ayuda en esta difícil empresa.
Al final hice un batiburrillo de todo y, aunque efectivamente sigo sin saber mucho de cómics, he aquí siete ideas que tal vez puedan llegar al batiburrillo de otra persona perdida en este mundo grande y confuso de novelas gráficas.
No los he puesto en ningún orden especial, pero sí tengo uno favorito: Harleen. No sabré mucho de cómics, pero un gran porcentaje de los que he leído a lo largo de mi vida han sido de Harley Quinn, así que para los demás igual no, pero para Harleen me considero suficientemente versada en la materia como para decir que es bellísimo, que lo amo y que se ha convertido en mi cómic favorito de este personaje.
Quinn is my Queen.
Harleen (Harleen #1-3) de Stjepan Šejić.
Sin embargo, creo que no es un buen sitio por el que empezar a leer a Harley Quinn. Para mí la gracia de este cómic reside en que cuenta de manera realista (y con «realista» quiero decir «oscura» – porque sigue siendo DC y siguen siendo superhéroes) el proceso de conversión de Harleen Quinzel en Harley Quinn.
Harley Quinn es, según sus propios creadores, una personificación de las relaciones tóxicas, pero sus aventuras no suelen investigar esa parte… al menos hasta ahora. Estoy deseando que el autor haga una «segunda parte» que, por lo que dejan entrever las ilustraciones que aparecen al final de mi edición, podría ser sobre Harley Quinn con Hiedra Venenosa (nombre que pierde muchísima gracia en castellano, si queréis mi opinión).
Snotgirl (Snotgirl #1-10) de Bryan Lee O’Malley y Leslie Hung.
La protagonista de este cómic, Lottie, es una influencer que tiene la terrible y vergonzosa maldición de tener mucha alergia y, en consecuencia, muchos mocos. Yo te comprendo, amiga Snotgirl, no estás sola, me estoy rascando la nariz en este preciso instante. Total, que resulta que le empiezan a pasar cosas siniestras con gente que no parece muy de fiar, en un entorno que ya de por sí no es muy de fiar.
Tengo entendido que los fans de Scott Pilgrim no están muy contentos con que esto sea lo que le ha apetecido hacer a su autor pero, para mí, que no tengo con qué compararlo, me parece que es una historia divertida que está bien, aunque tampoco me parece nada del otro mundo. Lo voy a seguir leyendo porque es entretenido, me gusta el dibujo y los millones de cambios de ropa de los personajes y me gustaría que me resolvieran las intrigas, ya que hemos llegado hasta aquí.
920London de Remy Boydell.
No tengo mucho que decir de 920London porque 920London tampoco dice mucho: no tiene texto. Creo que contar una historia a través de solo imágenes tiene su propio mérito y es un cómic bonito, pero tampoco siento que me aportase mucho. Se lo recomiendo a quien le apetezca un viajecito de pura morriña al principio de los años 2000.
Ghosted in L.A. (Ghosted in L.A. #1-8) de Sina Grace y Siobhan Keenan.
Érase una vez una muchacha que se marcha a la universidad y, por unas cosas y otras, se encuentra perdida en Los Ángeles en plena crisis existencial y, de alguna manera, acaba viviendo en una mansión que está llena de fantasmas, como chica de los recados de dichos fantasmas.
Me está encantando. Creo que su público objetivo es gentecilla más joven que yo, pero no podría importarme menos: es una historia entrañable, divertida, con un dibujo que me parece precioso y que tengo muchas ganas de seguir leyendo.
Sabrina the Teenage Witch (Sabrina the Teenage Witch #1-5) de Kelly Thompson, Veronica Fish, Andy Fish y Jack Morelli.
El mismo rollo juvenil y buenrollero del anterior, pero con el añadido de que la protagonista es una bruja que no hace más que liarla como buena adolescente con el poder de hacer magia, así que me encanta. Como fan de la serie de Sabrina de los años 90 protagonizada por Melissa Joan Hart y retractora de la nueva versión de Netflix, estoy disfrutando un montón de este cómic.
The Wicked + The Divine (Collected Editions vol. 1 y vol. 2) de Kieron Gillen, Jamie McKelvie, Matt Wilson y Clayton Cowles.
Resulta que hay unos dioses que se vienen al mundo a pasar un par de años siendo estrellas del rock o lo que les apetezca porque para eso son dioses. Tras ese par de años luego están otros 90 años desaparecidos/muertos/no lo tengo muy claro, la verdad. En sí el argumento no me atrajo, pero lo empecé porque me lo recomendaron con bastantes ganas. Después de dos volúmenes siento que todavía no he pasado de la introducción, pero en general me está gustando, supongo que progresa adecuadamente y tengo intención de seguir con él.
Monster (vol. 1) de Naoki Urasawa.
Un cirujano salva en una operación a un niño que, por motivos que ya veréis si os interesa, le supone muchos problemas en el hospital en el que trabaja. Aún así, la peor parte no es esa, sino que el niño al que salva crece para convertirse en una asesino en serie. El cirujano, al descubrir esto, se lo toma como algo personal porque si ese asesino está vivo es gracias a él. Es una historia oscura, intensa y siento que con muchas sorpresas por venir. Si solo he leído un tomo es porque tal vez, y solo tal vez, sea bastante más denso que todos los demás cómics que he mencionado, pero también es probablemente el que mejor argumento tiene. Me ha gustado, seguiré con la serie y lo recomiendo.
Wonderbook: The Illustrated Guide to Creating Imaginative Fiction de Jeff VanderMeer, ilustrado por Jeremy Zerfoss y John Coulthart.
Para terminar, sorpresa, esto no es un cómic. Tampoco es una novela. No es que no se pueda clasificar, es evidentemente ensayo, pero tiene tantas y tan increíbles ilustraciones y está tan lleno de fotos y detalles que me apetecía más ponerlo en esta lista. Y no solo es bonito en su forma, sino que su contenido es oro puro si buscas cualquier tipo de idea para cualquier parte del proceso de escribir cualquier género de ficción.
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