No es que tenga un sinfín de fehacientes seguidores suplicándome que por favor vuelva a subir con regularidad reseñas de libros, pero aun así me apetecía escribir una breve explicación.
Este blog tiene un año y tres meses de vida ahora mismo y, cuando lo empecé, lo hice con bastante ilusión y miedo. Ilusión por tener por fin un propósito asequible sobre escritura, tras 20 años queriendo dedicarme a escribir y 0 años con el valor de hacerlo, y miedo por la parte de hacer público por primera vez un proyecto mío de este estilo, por pequeño y ocioso que fuera dicho proyecto.
Y el blog ha estado haciéndome muy feliz porque, contra todo pronóstico, ¡hay gente que lo lee! Hola, gente 🙂 Incluso he sido informada de haber influenciado un par de lecturas exitosas y un pequeño puñadito de personas me han escrito por Instagram y Facebook para que les recomiende libros (lo cual me hace ilusión y gracia a partes iguales: ilusión porque vaya, ¿soy un minireferente de lectura? y gracia porque ¿en serio soy un minireferente de lectura?).
El caso es que al empezar con May lee cosas (nombre que por cierto no pretendía ser el definitivo, pero fui incapaz de pensar nada mejor) decidí anteponer la calidad a la cantidad. Porque, como ya deberíais saber si habéis seguido algo mi blog (no tengo más que veintitrés entradas en este momento, así que tampoco es muy complicado) sigo muchos canales literarios en YouTube, y además también suelo buscar reseñas de libros en el internet-que-funciona-sin-vídeos, (como este blog,) y estaba y estoy hastiada de “reseñas” que se limitan a poco más que “ay pos maencantao essss lo más de lo más o sea superincreíble es que le comería toh a Leigh Bardugo qué cosa tan oiiiissss que me da argo que me flipa que sí que fijo que lo leáis“, cuando es en vídeo, o a poco más que una sinopsis extendida cuando es por escrito. Así que quise escribir el blog que a mí me gustaría encontrar como lectora. Y me lo tomé tan en serio que dejé de ser digna de escribir en mi propio blog.
“Si un post tiene menos de mil palabras igual es que no ahondo suficiente en el libro.”
“No he puesto ningún gif, esto no le va a interesar a nadie.”
“No tengo tiempo para escribir la reseña que queria hacer hoy, solo me quedan diez horas libres.”
“Tal vez debería conseguir entre 4 y 1.000 lectores cero para mis posts porque me quiero tirar por la ventana cada vez que encuentro una errata en una reseña.”
“No consigo encontrar Sangre de Unicornio Vegana del Tíbet (donada por el propio Unicornio)™ para la pócima de Vuélvete creativa en 3 meses con este sencillo curso de CCC.”
Son algunas de las cosas que me han estado rondando por la cabeza y que han hecho que pase todo este tiempo sin postear nada (aunque no sin escribir: tengo 20 reseñas a medias ahí cogiendo polvo en borradores). Así que, después de siete meses sin publicar, he decidido que me va a empezar a dar un poco más igual esto.
Nunca voy a hacer las mejores reseñas del mundo, pero no pasa nada. Me limitaré a intentar hacer justicia con los libros de los que me apetezca hablar para tal vez inspirar a alguien a leer (o no) ese libro o a leer en general, que al final es lo que más bonito me parece de internet y de la época actual: información gratis. Mi granito de arena no tiene que ser el mejor granito de la playa y ni siquiera es “el blog perfecto” lo que yo busco como lectora a la hora de seguir un blog.
Así que… Eso.