Empecé a escribir este pequeño artículo como una introducción a mi reseña de varios libros de Marian Keyes, pero tenía tantas ganas de quejarme sobre este tema que cogió vida propia y me pareció que merecía la pena como comentario por sí mismo.
literatura para polluelas
Vengo a decir que el chick lit no existe y a continuación voy a explicar mis motivaciones para llevarle la contraria tanto a Google, como a la tradición literaria moderna.
Creo que el «género» chick lit no existe porque me parece que este término no es más que una manera machista de denominar a la literatura escrita (generalmente) por y para «mujeres».
Además de estar escritor por, para y sobre mujeres, otra cualidad que tienen en común los libros que caen en el chick lit es que se trata de literatura contemporánea; o al menos todavía no he oído a nadie llamar chick lit a las novelas de Jane Austen o las hermanas Brontë.
Esto último me da esperanza, ya que tal vez signifique que, dentro de unos cien años, Marian Keyes igual ha conseguido salir de esa etiqueta peyorativa.
¿Por qué he decidido que chick lit es un término peyorativo?
No considero que chick lit sea un término peyorativo porque sí, ni por sí mismo, sino porque la gente lo trata como tal.
La gran mayoría de las veces que leo la reseña de una novela que entra en esta categoría, suele ir precedida de algo similar a «a mí no me gusta el chick lit, pero…». Porque hay que dejar claro que, a pesar de que te ha gustado algo que es chick lit, tu opinión es de fiar.
Historia y vida del pseudogénero
El término «chick lit» apareció por primera vez a mediados de los noventa. Irónicamente para las connotaciones que tiene menos de veinte años después, nació como término post-feminista, ya que las novelas que se categorizaban con esta etiqueta tenían personajes femeninos que se valían por sí mismos cuya historia no giraba alrededor de un hombre.
Entonces ¿qué ha hecho que el término, lejos de ser positivo, se convierta en sinónimo de mala calidad a ojos de la gente?
Otra vez, el término no ha hecho nada malo (y las autoras y los autores que son categorizadas y categorizados en él tampoco), sin embargo, como sociedad nos gusta mucho ningunear lo que tiene que ver con el sexo femenino.
Gracias a esto, a día de hoy todo el mundo sabe que si lees chick lit significa que tu opinión no vale de mucho. Al fin y al cabo, chick lit significa «literatura (de/para) mujeres» (literalmente es «literatura de/para gallinas/pollos», que es una manera muy retrógrada de referirse a las personas del sexo femenino en inglés).
Así que, como las mujeres son seres inferiores, si vamos a hablar de Marian Keyes, antes tiene que quedar claro que no somos chusma que lee sandeces escritas por mujeres, al menos no como algo habitual, para que se entienda que tenemos un contexto bien cultivado por autores macho.
No vengo aquí a descubrir nada nuevo, ni a intentar entender por qué el contenido que va enfocado al género femenino está siempre mal visto y es objeto de burla generalizada[❅] (especial y exageradamente cuando su público objetivo son las adolescentes), pero es inevitable acariciar estos temas cuando hasta los subgéneros literarios se terminan estableciendo con misoginia.
Yo solo he venido a hablar de mis libros, con tan mala suerte de que «son» click lit. Con lo que no me ha quedado más remedio que compartir esta tesis sobre que el chick lit no es real porque estoy cansada de que unos géneros se traten mejor/peor que otros, como si el género determinase la calidad de ninguna obra y como si nos creyéramos con derecho de transformar el nombre de un género en un insulto (que encima en este caso ni siquiera significa nada).
En conclusión
El género o subgénero chick lit no existe porque si lo que quieres es decir «jo, jo, está protagonizado por una mujer, escrito por alguien con nombre en femenino y no tiene magia, ni tiene asesinatos, eso solamente puede significar que es una puta mierda» pues di eso directamente para que sepamos que estás mal del tarro y no nos molestemos en prestar atención a lo que vayas a decir a continuación.
De modo que he decido hablar de la obra de Keyes (y de lo que me dé la gana en realidad) sin pudor, como si fuera una autora auténtica, como si el hecho de que tenga publicadas trece novelas (entre otras cosas) la hicieran merecedora de mi respeto. Como si fuera literatura de verdad. Como si detrás de sus historias pudiera haber mensajes con valor a pesar de que estén escritas por una mujer y estén protagonizadas por mujeres. A lo puto loco.
[❅]Si os habéis quedado con intriga, la respuesta es: por machismo.
Si te ha gustado, suscríbete a mi lista de correo para recibir un email mensual con el resumen de las últimas publicaciones. 💌
Si me quieres stalkear en Instagram, haz click aquí:
1 Pingback